martes, 17 de septiembre de 2013

Tambor

Tocabas con tus dedos mis piernas como si fueran un tambor. A ratos fui tu instrumento. Pero mi música nunca fluyó hasta a ti. Fui un medio y no un fin. Aún no he podido saber a dónde llegabas conmigo. Quizá caías en turbulentos laberintos de ruidos inconexos y sentimientos no imaginados ... o eso quisiera creer. Quizá no te provocaba nada. Más si fue así fue porque no dejabas provocarte. Yo sólo quería cantarte al oído en las noches en que despertaba varias veces a tu lado. Quería darte mi música y que te movieras con ella, conmigo. Yo tomé tus palabras, tu idioma para hablarte a mi modo. Yo no sé si tu pudiste escucharme. Al final creí darme cuenta de que no quisiste. Siempre estuviste distante, tu mente en otra parte, lejos de mi.
Varias veces te tomé del pecho y rasgué pidiéndote que abrieras tu corazón. Prometí no herirte. Pero esa pared que seguiste construyendo a mi lado acabo por descarnarme los nudillos.
Estas heridas también te pertenecen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario